La testosterona es una hormona característica de los varones que se sintetiza en los testículos. Esta hormona se encarga de adecuado desarrollo muscular y óseo, la libido del varón y también es la responsable del crecimiento de la próstata. En todos los hombres la próstata comienza a crecer a partir de los 24 años y sigue creciendo hasta que tarde o temprano el crecimiento “cierra” progresivamente la uretra y dificulta la micción.

 

Este crecimiento exacerbado se denomina hiperplasia benigna de próstata y afecta al 60% de los varones de 60 años y en el 80% de los de 80 años. Los pacientes que la sufren poseen síntomas del tramo urinario inferior: caudal débil, nocturia o necesidad de levantarse por las noches a orinar, goteo postmiccional, caudal prolongado, prisa por alcanzar el baño… Y en escenarios más tardíos, puede asociar complicaciones como la retención aguda de orina, un alto residuo postmiccional, infecciones urinarias, sangrado o hematuria, aparición de litiasis o cálculos vesicales, divertículos y en escenarios muy infrecuentes insuficiencia renal).

hiperplasia beningna de prostata y enucleacion prostatica

Cuando el tratamiento médico oral no es suficiente y la calidad de vida de los pacientes se ve mermada por los síntomas urinarios, es el momento de pensar en cirugía.

 

El tratamiento quirúrgico clásico era una cirugía abierta, dicho vulgarmente abrir “la barriga” debajo del ombligo para vaciar la próstata de manera muy rudimentaria, lo que se denomina una adenomectomía abierta o prostatectomía abierta simple. Esta técnica curiosamente sigue vigente en multitud de hospitales de nuestro territorio, pero asocia una alta tasa de sangrado, necesidad de transfusión, infección de la herida quirúrgica y larga estancia hospitalaria y larga convalecencia.

 

Más tarde, se popularizó la resección transuretral de próstata y después la fotovaporización con láser verde de la próstata. Sin embargo, estas técnicas tenían un hándicap común. No podían vaciar completamente próstatas de gran tamaño lo que suponía que con el devenir de los años era necesario segundas intervenciones. Además, la resección transuretral también asociaba riesgo de sangrado y transfusión.

 

La enucleación prostática, una nueva técnica

 

La enucleación prostática se describió en el año 1998. Actualmente es el tratamiento más eficiente y el que -poco a poco- se impone para el tratamiento definitivo de la hiperplasia benigna de próstata. La enucleación prostática es una técnica recomendada por las principales guías de buena práctica clínica. Sin embargo, es una técnica compleja y demandante para el cirujano y ese es el principal motivo de su lenta penetración en el sistema nacional de salud.

 

El Dr. Ramírez, urólogo de la clínica Urosalud especializado en cáncer de próstata, suele explicar a sus pacientes que la glándula prostática se asemeja a una mandarina con 3 gajos (el adenoma prostático). Cuando esos “gajos” crecen, obstruyen la uretra y la obstrucción es la responsable de los síntomas. La solución es obvia: hay que eliminar esos “gajos”, es decir, hay que retirar el adenoma prostático que causa la obstrucción para reducir la opresión sobre la uretra y que la vejiga pueda vaciarse sin dificultad. Y debemos hacer esto con un procedimiento mínimamente invasivo, utilizando los orificios naturales (la uretra) y sin poner en riesgo a nuestro paciente.

 

La enucleación es la mejor técnica, sin duda, y consiste en la separación de “la cáscara” de la próstata y “los gajos”. Prácticamente no es necesario cortar. El “arte“ de esta intervención radica en encontrar el plano que separa el adenoma de la corteza prostática. No obstante, para la separación nos ayudamos de un láser o de una fibra de energía bipolar. Una vez separado, el adenoma (gajos) se “lanzan” a la vejiga donde están flotando y acabamos el procedimiento triturándolos o “morcelándolos”. El tejido es enviado a patología donde lo analizan en su globalidad confirmando en la inmensa mayoría de los casos que se trata de una hiperplasia benigna.

 

La enucleación prostática permite:

 

  • Extraer el adenoma prostático por completo.
  • Tratar próstatas de cualquier tamaño (la próstata más grande enucleada hasta la fecha pesaba 260 gramos).
  • Analizar el tejido extraído.
  • Todo por vía endoscópica, con mínimo riesgo de complicaciones, con una estancia hospitalaria de 24 horas.

Enucleación prostática con láser de holminio

 

La cirugía de próstata con láser de holmio es un tratamiento de invasión mínima para el agrandamiento de la próstata. El procedimiento, al cual también se lo llama enucleación de la próstata con láser de holmio, utiliza un láser para extraer el tejido que bloquea el flujo de orina a través de la próstata. Luego se usa otro instrumento para cortar el tejido prostático en fragmentos que se puedan extraer fácilmente.

La enucleación de la próstata con láser de holmio es similar a la cirugía abierta de próstata, pero no requiere incisiones. La enucleación de la próstata con láser de holmio extirpa la totalidad de la parte de la próstata que pueda bloquear el flujo de orina. Puede ser una opción para tratar un agrandamiento grave de la próstata.

 

El tratamiento proporciona una solución duradera para el agrandamiento de la próstata, una afección conocida como hiperplasia prostática benigna. La enucleación de la próstata con láser de holmio también conserva el tejido extirpado para que se lo pueda analizar en el laboratorio a fin de detectar otras enfermedades, como, por ejemplo, el cáncer de próstata.

 

Al igual que con otros tipos de cirugías láser de próstata, la enucleación de la próstata con láser de holmio puede ofrecer una recuperación y un alivio de los síntomas más rápidos en comparación con la cirugía de próstata tradicional. En raras ocasiones, se podría necesitar repetir el tratamiento con enucleación de la próstata con láser de holmio para los síntomas urinarios.

¿Quién es buen candidato para la enucleación prostática?

 

  • En general, los pacientes con próstatas de gran tamaño, mayores de 60 cc., se benefician de la enucleación.
  • Los pacientes más jóvenes, con una larga expectativa de vida, se benefician de la extirpación completa del adenoma, por su menor riesgo de recrecimiento.
  • Los pacientes con menor riesgo quirúrgico.
  • Los pacientes con PSA elevado, antecedentes de cáncer en la familia o biopsias previas negativas.

 

De todos modos, la decisión de si optar por la enucleación o por la vaporización debe tomar tras comentar los pros y los contras con el cirujano.

 

El equipo de UROSALUD dirigido por los doctores Ramírez y Domínguez les garantizan una cirugía exquisita y excelente que minimice el riesgo de complicaciones. Le animamos a que solicite una visita y personalizaremos su situación clínica y sus expectativas, y juntos decidiremos la mejor estrategia terapéutica para su caso clínico. Infórmate más sobre la hiperplasia prostática benigna y la cirugía de próstata con láser.