Diagnóstico y Tratamiento de la Vejiga Hiperactiva

El síndrome de vejiga hiperactiva puede llegar a tener mucho impacto en la calidad de vida de los pacientes, por lo que su manejo se centra en la búsqueda de causas y en la mejoría de la calidad de vida.

Diagnóstico de la vejiga hiperactiva

Es básico investigar en los antecedentes de los pacientes: enfermedades, tratamientos actuales o pasados, sintomatología… y la realización de una exploración física completa, donde se valore el área abdominal, vagina, recto, estado estrogénico de los genitales externos femeninos, músculos del suelo pélvico…

Otras herramientas diagnósticas son:

  • Diario miccional: se trata de plasmar durante al menos 3 días la cantidad de líquidos que se ingiere, las veces que se va a orinar, cuánta cantidad, si son ganas repentinas, si conlleva pérdidas de orina…
    A continuación, un ejemplo presente en el diario miccional propuesto por la AEU:

 

HORAVOLUMEN orinado (ml o cc)URGENCIA, grado (0-4)ESCAPE DE ORINA y tipo: por urgencia y por esfuerzosMUDA (de ropa, pañal, compresa)BEBIDA (ml o cc)
8:20250 ml2NOCompresa300
10:30200 ml0NONO
12:45250
15:30150 ml4SI con urgenciaRopa interior
18:30300
20:30300 ml2NONO
21:00200
22:00SI con esfuerzoSalvaslip
22:15200 ml3NO225
3:001754SI con urgenciaRopa interior
6:152003NONO

Hora a la que se levanta de la cama: 8:15

Hora a la que se acuesta: 23:30h

 

  • Cuantificar la cantidad de orina que se pierde.
  • Influencia de todos los síntomas en la calidad de vida.
  • Analíticas de sangre, orina y cultivo de orina.
  • Flujometría: prueba que mide la fuerza del chorro de la orina, la velocidad, la cantidad…
  • Comprobación del vaciado completo de la vejiga.
  • Estudio urodinámico: prueba que consiste en el estudio mediante sondas (una uretral y una rectal) y electrodos del funcionamiento de la vía urinaria.
  • Ecografía urinaria, TAC, resonancia magnética…si es preciso.

Tratamientos de vejiga hiperactiva

El objetivo del médico es la mejoría de la calidad de vida del paciente, haciendo que paciente entienda qué es el síndrome de vejiga hiperactiva y que conlleva un tratamiento habitualmente crónico, debiendo permanecer motivado durante el mismo.

Evidentemente, si se demuestra una causa subyacente, hay que tratarla conforme corresponda.

Tratamiento no farmacológico:

  • Cambios en el estilo de vida: evitar el sedentarismo, disminuir de peso, disminuir el consumo de excitantes de la vejiga (como el café, té, chocolate negro, picante, tabaco, alcohol…)
  • Técnicas para reeducar la vejiga: ir a orinar de forma programada, intentar retrasar la micción cuando entran ganas…
  • Rehabilitación del suelo pélvico mediante ejercicios que nos ayuden fortalecer los músculos pélvicos, a relajar la musculatura pélvica si hay una excesiva contracción, etc.
  • Dispositivos que recojan la orina (compresas, pañales, colectores urinarios…) en el caso de vejiga hiperactiva “húmeda».
  • Estimulación del nervio tibial posterior: mediante electrodos o agujas que transmiten corriente con el objetivo de modular la transmisión nerviosa a nivel vesical.

Tratamiento mediante fármacos:

Los fármacos disponibles para manejar el síndrome de vejiga hiperactiva tienen como objetivo «relajar» la vejiga actuando sobre los receptores de información de la misma.

  • Fármacos anticolinérgicos: oxibutinina, solifenacina, tolterodina, trospio, fesoterodina, propiverina…
  • Fármacos agonistas de los receptores beta3: mirabegron
  • Inyección de toxina botulínica: relaja el músculo de la vejiga de forma temporal. Como efectos adversos puede ocasionar más posibilidad de infecciones de orina o imposibilidad de un correcto vaciamento de la vejiga, necesitando vaciarla mediante sondas. Suele suponer un método más invasivo de tratamiento.
  • En el caso de demostrarse deficiencia estrogénica en las mujeres, pueden complementarse con estrógenos vaginales.

Tratamiento quirúrgico:

Si no se consigue un buen control de la vejiga hiperactiva mediante las técnicas anteriores, puede ser necesaria la:

  • Estimulación de nervios sacros: mediante corriente eléctrica que modula la actividad de los nervios de la región pélvica. Conlleva la implantación de un dispositivo en la zona sacra, al principio temporal y superficial y posteriormente definitivo e interno.
  • Aumento de la capacidad de la vejiga con el uso de intestino. En un considerable número de casos precisa de vaciamento de la vejiga mediante sondaje.
  • Sustitución o exclusión de la vejiga, mediante la creación de una “nueva vejiga” mediante intestino (como en el caso anterior un considerable número de casos precisa de vaciamento de la vejiga mediante sondaje), en o la salida de la orina directamente a la piel sin pasar por la vejiga.