Cáncer de Vía Urinaria Superior

¿Qué es el cáncer de vía urinaria superior también llamado tumor de vías?

El cáncer de vía urinaria superior se desarrolla en los cálices renales, en la pelvis renal o en los uréteres, es decir en los conductos urinarios que transportan la orina desde el riñón a la vejiga.

Estos tumores son poco comunes y representan del 5 % al 10 % de los cánceres urinarios; mucho más habituales son los que afectan a las vías urinarias inferiores, como la vejiga y la uretra.

Síntomas del cáncer de vía urinaria superior

En fases iniciales, los síntomas no suelen ser evidentes. Pero puede manifestarse con:

  • Presencia de sangre en la orina
  • Dolor en la zona de los riñones

En casos avanzados, los pacientes pueden experimentar síntomas más inespecíficos como:

  • Sensación de masa en el costado
  • Fatiga generalizada
  • Pérdida de apetito
  • Pérdida de peso

Factores de riesgo del cáncer de vía urinaria superior

  • El tabaco es el principal factor de riesgo del cáncer de vía urinaria superior. Al hábito de fumar se suma:
  • Antecedentes familiares o síndromes genéticos como el síndrome de Llynch
  • Exposición a determinados productos químicos

 

Causas del tumor de vías urinarias o cáncer de vía urinaria superior

A interacción de múltiples factores, incluidos los genéticos y ambientales, puede desempeñar un papel clave en la aparición de esta enfermedad. En ocasiones acompaña al tumor de vejiga o cáncer vesical.

La adopción de hábitos de vida saludables, como evitar el tabaco y minimizar la exposición a productos químicos tóxicos, puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de vía urinaria superior.

Algunos de los factores y posibles causas relacionados con el cáncer de vía urinaria superior incluyen:

  • Tabaco: el tabaquismo es uno de los factores de riesgo más significativos para el cáncer de vía urinaria superior. Los productos químicos tóxicos presentes en el tabaco pueden ser absorbidos por el cuerpo y excretados a través de los riñones, lo que puede dañar las células de las vías urinarias.
  • Exposición ocupacional a productos químicos: la exposición crónica a ciertos productos químicos, como el arsénico y el cadmio, en el lugar de trabajo o en el medio ambiente puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en las vías urinarias superiores.
  • Factores genéticos: algunas personas pueden tener una predisposición genética al cáncer de vías urinarias superiores. Si existen antecedentes familiares de este tipo de cáncer, el riesgo puede aumentar. Pacientes que sean portadores del síndrome de Llynch tienen una mayor predisposición a desarrollar este tumor.
  • Infecciones crónicas: las infecciones crónicas en las vías urinarias pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en estas áreas.
  • Exposición a radiación: la exposición a la radioterapia en el retroperitoneo para el tratamiento de otros tumores también puede aumentar el riesgo de cáncer de las vías urinarias.

Prevención del cáncer de vía urinaria superior

La prevención del cáncer de vías urinarias superiores implica la adopción de medidas y hábitos de vida saludables para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Aunque no es posible prevenir el cáncer en todos los casos, puedes tomar las siguientes medidas para reducir tu riesgo:

  • Dejar de fumar
  • Evitar la exposición a productos químicos tóxicos.
  • Mantener una dieta saludable
  • Mantener un peso saludable
  • Beber agua
  • Conoce tus antecedentes familiares
  • Realiza chequeos médicos regulares

 

El diagnóstico del cáncer de vía urinaria superior

El diagnóstico del cáncer de vía urinaria superior precisa de distintas pruebas: examen físico, análisis de orina, citología de orina, cistoscopia, TAC abdomino-pélvico, resonancia magnética, urografía intravenosa, ureteropielografía retrograda, ecografía abdominal y ureteroscopia diagnóstica, entre otras. Estas pruebas permiten al médico determinar la causa de los síntomas y evaluar la extensión del cáncer.

El tratamiento del cáncer de vía urinaria superior

Antes de decidir el tratamiento, es crucial estratificar el riesgo para determinar qué pacientes son adecuados para tratamientos conservadores endoscópicos y cuáles necesitarán una cirugía más radical.

El tratamiento varía según el estadio y la clasificación del tumor.

Estos son los tratamientos indicados en función de la fase de desarrollo del tumor.

Para las afecciones localizadas (sin metástasis), existen diversas opciones:

  • Ureterorrenoscopia y fotovaporización con láser: esta opción es adecuada para lesiones tumorales no invasivas y de bajo grado de agresividad. Consiste en la inserción de un ureteroscopio fino desde la uretra hasta el tumor y con un láser de holmio fulgurarlo o vaporizarlo.
  • Ureterectomía parcial: implica la extirpación o eliminación de la parte del uréter donde se encuentra la lesión. La elección de este enfoque depende de la ubicación del tumor y se puede hacer por cirugía abierta o robótica.
  • Nefroureterectomía Radical: El tratamiento quirúrgico estándar para los tumores de urotelio superior implica una nefroureterectomía radical, particularmente en casos de alto riesgo. Esta intervención supone la extirpación completa del riñón afectado y el uréter en su totalidad. Puede realizarse mediante una incisión en el abdomen (cirugía abierta) o mediante abordaje laparoscópico asistido por el robot da vinci.

Además del tratamiento quirúrgico, existen otras opciones que en urosalud tratamos de manera individualizada como:

  • Disección y eliminación de ganglios linfáticos (linfadenectomía): indicada principalmente en tumores invasivos sin afectación ganglionar (N0) y sin metástasis (M0).
  • Quimioterapia perioperatoria como complemento de la nefroureterectomía radical: indicada en pacientes con etapas avanzadas y afectación ganglionar.
  • Instilación vesical adyuvante: consiste en inyectar una única dosis postoperatoria de quimioterapia intravesical (Mitomicina C) en la vejiga poco después de la cirugía (entre 2 y 10 días), lo que reduce el riesgo de recurrencia del tumor vesical durante el primer año.

Para la enfermedad metastásica (que se ha extendido a otros órganos y estructuras), existen distintas opciones terapéuticas como son la quimioterapia o la inmunoterapia.

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