No tenemos intención de demonizar a la industria farmacéutica, de hecho, los urólogos de urosalud consideran que el beneficio de la industria es fundamental y redunda siempre en el beneficio de nuestros pacientes y de su futuro. Sin embargo, nos llama la atención que fármacos teóricamente descatalogados u obsoletos pueden prorrogar la vida de algunos pacientes.

Se acaba de publicar un artículo del Dr Ramírez en el que se describe, cómo un fármaco obsoleto y descatalogado ha conseguido frenar el cáncer de próstata metastático en dos pacientes.

Efectivamente, en el tratamiento del cáncer de próstata metastático, hasta la reciente aprobación de las nuevas “superhormonas” abiraterona y enzalutamida, sólamente se disponía de la castración química y de la quimioterapia. En ocasiones, los clínicos habíamos utilizado ambas líneas terapéuticas y sólo quedaban medidas paliativas para tratar de minimizar los síntomas del paciente hasta su defunción.

De hecho, utilizábamos fármacos que no habían podido demostrar un aumento sólido de la supervivencia. Pero a su vez sabíamos que funcionaban en un subgrupo anecdótico de pacientes. Los utilizábamos esperanzados con que nuestro paciente fuera uno de esos afortunados en los que el fármaco funcionaba.

Todavía hoy sobreviven alguno de aquellos pacientes a los que, en aquella época, se les administró – por ejemplo- el acetato de estramustina. Recientemente en nuestro departamento hemos recibido dos pacientes en esta situación, con enfermedad metastásica, contralada durante 10 años. Pese a estos resultados espectaculares, actualmente, no está aprobado el uso de dichos fármacos, por haber demostrado las superhormonas su superioridad sobre ellos. De hecho, no sería ético ofertar estos tratamientos que sólo funcionan en un subgrupo especial y particular de pacientes, cuando hay, en el mercado, otros que han demostrado aumento de supervivencia en el grueso de la población.

Pero hay que tener presente que incluso en occidente, los recursos son limitados, hablamos de fármacos cuyo precio no supera los 100$ ,acetato de estramustina, frente al costo de las superhormonas 3000$ al mes.
Necesitamos investigar para conseguir averiguar qué características especiales tiene el cáncer de esos afortunados pacientes en los que fármacos como la estramustina funciona. Necesitamos, en definitiva, una medicina a la carta, una medicina personalizada, una medicina ajustada a la mutación que genera la resistencia del cáncer para poder administrar a cada paciente su mejor opción, aumentar supervivencias, cronificar el cáncer y, por supuesto, ser más eficientes.